Fiesta aniversario de nuestros compañeros de la agenda cultural Noiz. Lo celebraron por todo lo alto con dos de los grupos más prometedores de la escena nacional. La gran promesa de este año los navarros
Wilhelm and the Dancing Animals, y la realidad en la que se han convertido después de su concierto el quinteto de Zestoa
Grises. Antes de estos dos conciertos el grupo local de hip-hop
Fenómenos de la Naturaleza calentaron el ambiente con sus rimas.
A las 22:45h. por fin comenzaban los navarros
Wilhelm and The Dancing Animals. Este año han publicado un primer disco refrescante y diferente titulado
The War of Species. Ya era la cuarta vez en apenas 5 meses que nos visitan en directo pero en esta noche del jueves no gozaron de buen sonido. Las primeras canciones no sonaron nada bien y fue difícil distinguir uno de los fuertes del grupo como son el juego de voces de Guille y Helen. Una de las mejores canciones del disco,
Wake Up, sonó muy alta de volumen y muy baja las voces. Esta canción es una de las más representativas del disco ya que está llena de fuerza con un estupendo juego de voces que fue inapreciable debido al mal comienzo de sonido que tuvieron. Tardó más de lo debido en mejor el sonido y por fin pudimos disfrutar del concierto y escuchar y ver como están de forma el sexteto desde la última vez que les vimos.
Wilhelm and the Dancing Animals demostraron que es una banda aún joven que esta en continua evolución. Dieron un concierto acelerado acercándose más al rock que al folk, al punk que a sonidos más acústicos. Por fin el sonido de la música y las voces iban conjuntadas y al nivel que tenían que estar y la banda demostró que tienen grandes canciones. Josh estuvo impresionante al bajo y la mandolínaHave por fin se dejaba sentir. Ritmo, rabia y dulzura a partes iguales. Auténticos torbollinos como la canción
Elephants con ese juego de voces de Guille sonó rotunda. Estábamos disfrutando pero cuando el concierto estaba en lo más alto su tiempo se acabó.
En fin sabor agridulce en el que demostraron que es una gran banda que sigue evolucionando y que tienen un gran porvenir. Concierto desigual, de menos a más, en el que
Wilhelm and the Dancing Animals fueron a darlo todo pero que lamentablemente no se pudo disfrutar todo lo que nos hubiese gustado por culpa de un mal sonido. Otra vez sera.
A partir de las 00:00h. lo que vivió el Kafe Antzokia no tiene adjetivos.
Grises dieron el concierto de su vida. Épico y brutal fue su concierto. Les hemos visto numerosas veces y este ha sido el mejor concierto de largo. Tras una pequeña intro instrumental la fiesta comenzó con la estupenda y energética
Asteroides con esos coros infecciosos. La música de
Grises es pegadiza como la rítmica
Chicles Pegados, su siguiente tema. Estos fueron los primeros temas para ir abriendo boca con una banda espectacular en directo. Un batería impresionante con gran pegada como es Antonio, los bailes de Amacay, el ritmo trepidante de Raúl al bajo, Eñaut estupendo a las voces y con más presencia en la guitarra y Alejandro dotando a las canciones de más matices a los sintetizadores.
La locura llegó al kafe Antzoki con la instrumental
Aspiradora Espacial en el que el grupo sonaba arrasador. Un huracan sonico que contagiaba a todo el público que no se resistía y empezaba a bailar y a saltar. No tenía descanso el concierto y el grupo estaba dando el 100% y se encontraban cómodos y felices encima del escenario. Seguimos bailando al ritmo de los de Zestoa con temas como el irresistible
Plástico Eléctrico, hubo inclusive tiempo para realizar una versión de una canción en euskera del grupo gipuzkoano
Delirium Tremens llevada a su terreno. A la banda se la veía exultante y llena de energía con un Eñaut al borde de la locura pidiendo más al público que estaba disfrutando y bailando freneticamente. Estábamos ya en la recta final del concierto pero aún quedaba lo mejor. Con una banda en éxtasis y cómplice con el público atacaron con uno de esos grandes temas que tienen con una gran letra,
Parfait, el Antzoki ya estaba patas arriba.
El próximo single de su primer disco será la canción que titula el disco
El Hombre Bolígrafo, otro pildorazo de energía y rock bailable. Con un público entregado y una banda sudorosa pero feliz acabaron su impactante directo con
Daiquiri. El grupo se despidió pero eran insistentes los gritos del público pidiendo otra, así que volvieron al escenario para repetir
Parfait en agradecimiento a una gran noche en la que
Grises se han consagrada ya no solo como una promesa de la música sino como una realidad a tener muy en cuenta. Sus conciertos son pura energía, diversión y baile desenfrenado y es imposible mantenerse quieto con este quinteto. Muy grandes.
Una gran noche de música con dos grandes grupos que dieron muy buenos conciertos contagiándonos su felicidad y el público salió de la sala con una sonrisa de oreja a oreja.
El grupo de Mungia tendrá su agenda de conciertos repleta al actuar en gran parte de nuestras fiestas.
