Rozalen junto a su inseparable Beatriz Romero demostraron un gran poder de convocatoria.
Lugar: Abandoibarra.
Público: Rozando el lleno.
Duración: 112 minutos.
20/08/2018
Rozalénn era uno de los nombres más destacados de la programación oficial de las fiestas de Bilbao y casi la única artista de este siglo que actuaba en este lugar. Tras llenar hace pocos meses el Palacio Euskalduna,
Rozalen volvía a Bilbao subida en la nube del éxito masivo. Parece que de momento la fama no se le ha subido a la cabeza y sigue siendo esa persona de pueblo sencilla y cercana.
A las 23:30h. en punto comenzaba el concierto en una Abandoibarra con bastante público pero con huecos en la parte delantera. Con la aflamencada
Puerta Violeta de su último disco comenzaba su directo con no muy buen sonido (coros demasiado altos y música con demasiados graves). Por fortuna se solucionó en la siguiente
Vivir, tema compuesto para la Asociación española contra el cáncer. Primer saludo de
Rozalén a los presentes en el que confesó que había dormido poco, nerviosa por este concierto (en los primeros temas se la notó) porque era muy importante para ella y todo un privilegio. También presentó las dos primeras canciones y comentó de que iban con el alegato femenista de la primera canción incluido.
Rozalén estuvo cercana y en ocasiones divertida y fue presentando buena parte de su repertorio comentándonos de que iba la canción. Como en
El Hijo de mi Abuela que nos dijo que esta canción la escribió porque su abuela acogió a un exiliado vasco y que por eso se siente tan cercana a los vascos ya que esta persona le enseño la historia vasca (la que no se cuenta).
Con pañuelo de fiesta desde el comienzo, el directo de Rozalen cuenta con un handicap. Incluir en el directo la presencia de su amiga Beatriz Romero, interprete del lenguaje de signos. Esta circunstancia puede lastrar los movimientos sobre el escenario de la albaceteña pero no fue así. Con mucha simpatía y con coreografías sencillas la incluyen muy bien en el show. Pero
Rozalén seguía a lo suyo. Hablando y presentando su canciones.
Justo fue la primera cima en la que cuenta la historia de su tío abuelo que fue reclutado para la guerra y fue el único de su batallón en volver al pueblo. Además comentó que hace años encontraron la fosa en donde fue enterrado y así poder llevar flores. Un tema algo Bebe que casi comienza con un valls con el acordeón pero que pronto entra una contundente percusión para transformar la canción por completo y conseguir que la voz de la albaceteña sonará más potente y emocional.
El concierto iba a más con temas muy movidos como la estupenda
Las Hadas Existen muy
Amparanoia y la divertida presentación de
Antes de Verte en la que
Rozalen explicaba que admiraba mucho a
Kevin Johansen y que iba a conocerle pero que bebió alguna cerveza de más. Tiempo después volvieron a coincidir en el estudio para escribir un tema y volvió a beber de más por los nervios (muy divertida en la traducción de signos Beatriz al indicar un vaso muy grande). Así sonó el tema con aires argentinos en la que buena parte de sus músicos hicieron del nacionalizado argentino aunque si sobró la parte final del concurso de quién había cantado mejor. Para cerrar sus presentaciones
Amor Prohibido en la que cuenta la historia de amor de sus padres (él era sacerdote). El mejor tema de la noche fue la estupenda versión de
Luis Eduardo Aute La Belleza a piano y voz que ponía la piel de gallina.
Rozalén comentó entonces que ya se callaba y que ahora comenzaba la parte festival. Todo de seguido.
Esta parte fue algo irregular. Con buenos momentos como
Somos, todo una confesión, o los sonidos zíngaros de
Bajar del Mundo, bastante aplaudida y cantada con otros ratos menos inspirados como
Me Arrepiento con toques mexicanos. Para despedirse otro destacado tema como
Comiéndote a Besos, todo un clásico de la albaceteña, que recuerda en ciertos aspectos a
Malú. Tras un par de minutos de espera
Rozalén y su banda volvieron al escenario para tocar más temas. Se despidieron como no podía ser menos con el primer single de su último disco la animada
Girasoles en donde la interprete y compositora tocó el único instrumento de toda la noche. Fin del concierto no si antes presentar a toda la banda (la mayor ovación fue para Beatriz como cabía esperar) y bailar al ritmo electrónico de
Respect.
No se puede decir que
Rozalén diera un mal concierto ni decepcionara a nadie. Su música animada y en muchas ocasiones con mensaje suena muy pop con toques aflamencados en ocasiones o con toques latinos en otras. Son ritmos muy variadas y el público salía bastante contento. Era una de las artistas principales de estas fiestas y desde el primer minuto se metió al público en el bolsillo con su sencillez y simpatía. Además hasta intentó cantar la canción de Marijaia que le habían pasado en una chuleta. Solo lo intentó porque el público la ayudó.