Lugar: Botica Vieja
Duración: 115 minutos
Público: Lleno
Duración: 115 minutos
Público: Lleno
26/08/2011
El ex cantante de la banda madrileña El Canto del Loco actuaba nuevamente en Bilbao tras su paso triunfal en febrero por La Casilla. Nuevamente volvió a llenar Botica Vieja de mucha chavalería (especialmente féminas) en un concierto que acabó a las 02:00h. de la madrugada y en el que nos sorprendió que fuese el primero en tocar. Supuestamente tenía un telonero que tocó después.
El concierto empezó con 5 minutos de retraso ante un público que no protesto en ningún momento y es que coreaban el nombre del cantante. Al fin Dani Martin irrumpió en escena ante los gritos de la chavalería en una primera canción con un sonido pésimo. No logramos distinguir cual fue esta primera canción ya que a Dani no se le oía entre tanto grito y el mal sonido de su micrófono y la música tampoco se la oía bien. La siguiente canción fue Eres pero también tuvo un sonido irregular. Dani Martin prosiguió con más temas de su primer disco en solitario Pequeño como Los Valientes de la Pandilla y una media hora después de haber comenzado el concierto Dani tocó uno de esos temas que la gente recuerda de su etapa con El Canto del Loco, Volverás. Dani Martin abusó en exceso al animar a la gente a cantar, a levantar los brazos, a aplaudir y dejaba en demasía que cantara la gente pareciendo más un karaoke que un concierto. Recordó que hacía unos 10 años que no tocaba en fiestas de Bilbao y que la última vez fue en la plaza del Gas siendo teloneros de Piratas.
El sonido iba mejorando poco a poco pero tuvieron muchos problemas con el sonido y era continuo ver a los músicos dirigirse a la mesa de sonido para subirían o bajarían el sonido de los instrumentos. En cuanto a la banda, destacar que era de lo mejor del panorama nacional. Mercenarios de lujo. Con la base de la banda que acompañó a Amaral en una de sus giras cabe destacar al excelente guitarrista Javier Pereira (que ha tocado con infinidad de cantantes como Quique Gonzalez, Amaia Montero, Mikel Erentxun, Carlos Jean) y al bajo Manolo Mejías (Mikel Erentxun, Pereza).
Hubo pocos momentos en el que se dejara asomar el rock ya que Dani eligió solo las canciones más lentas y melancólicas de El Canto del Loco. Aún así toco la rockera y potente Un Millón de Cicatrices. Hizo un a versión de M-Clan, la preciosa y tranquila Miedo y volvió con canciones de su grupo como Contigo o Insoportable en el que el público no paro de aplaudir y cantar. Entre tanta canción de su anterior etapa iba metiendo material nuevo como la relajada Mi Lamento o una de las canciones más coreadas de la noche Mira la Vida.
Tiempo para los bises. Salió dos veces más. En la primera parte sacaron un sofá en el que junto a su teclista Iñaki Garcia iban a desgranar los temas más tranquilos como el inicial Puede Ser en donde le acompaño la parte femenina de la banda en las voces Cristina que se notaba que estaba mala ya que no cantó excesivamente bien. También cantó El Cielo de los Perros, una canción dedicada a su hermana fallecida hace dos años.
Para la segunda parte de los bises ya con toda la banda de nuevo sobre el escenario atacó con Peter Pan y lo culminó con la canción que abre el disco y uno de los temas que más gusta de su nueva etapa 16 añitos en el que saco a dos niñas de entre el público para darles sus zapatillas. Delirio general y es que parecía que Dani Martin no se quería marchar del escenario ya que estaba solo en el escenario y seguía saludando a la gente e intentando comunicarse para recomendar a la siguiente banda en el escenario.
En fin, un concierto en el que Dani Martin abusó al dejar cantar a la gente en demasía, se sobrepasó con los agradecimientos y aplausos a los técnicos de luces, sonido, seguridad e inclusive a la ría. Con este disco ha intentado sonar más adulto y conquistar a nuevos públicos con canciones más relajadas y tranquilas con cierta nostalgia y tristeza en las letras que son más personas que en El Canto del Loco. El resultado es el éxito del disco y el fracaso al seguir teniendo el mismo público que con su banda. Se despidió hasta noviembre.
El concierto empezó con 5 minutos de retraso ante un público que no protesto en ningún momento y es que coreaban el nombre del cantante. Al fin Dani Martin irrumpió en escena ante los gritos de la chavalería en una primera canción con un sonido pésimo. No logramos distinguir cual fue esta primera canción ya que a Dani no se le oía entre tanto grito y el mal sonido de su micrófono y la música tampoco se la oía bien. La siguiente canción fue Eres pero también tuvo un sonido irregular. Dani Martin prosiguió con más temas de su primer disco en solitario Pequeño como Los Valientes de la Pandilla y una media hora después de haber comenzado el concierto Dani tocó uno de esos temas que la gente recuerda de su etapa con El Canto del Loco, Volverás. Dani Martin abusó en exceso al animar a la gente a cantar, a levantar los brazos, a aplaudir y dejaba en demasía que cantara la gente pareciendo más un karaoke que un concierto. Recordó que hacía unos 10 años que no tocaba en fiestas de Bilbao y que la última vez fue en la plaza del Gas siendo teloneros de Piratas.
El sonido iba mejorando poco a poco pero tuvieron muchos problemas con el sonido y era continuo ver a los músicos dirigirse a la mesa de sonido para subirían o bajarían el sonido de los instrumentos. En cuanto a la banda, destacar que era de lo mejor del panorama nacional. Mercenarios de lujo. Con la base de la banda que acompañó a Amaral en una de sus giras cabe destacar al excelente guitarrista Javier Pereira (que ha tocado con infinidad de cantantes como Quique Gonzalez, Amaia Montero, Mikel Erentxun, Carlos Jean) y al bajo Manolo Mejías (Mikel Erentxun, Pereza).
Hubo pocos momentos en el que se dejara asomar el rock ya que Dani eligió solo las canciones más lentas y melancólicas de El Canto del Loco. Aún así toco la rockera y potente Un Millón de Cicatrices. Hizo un a versión de M-Clan, la preciosa y tranquila Miedo y volvió con canciones de su grupo como Contigo o Insoportable en el que el público no paro de aplaudir y cantar. Entre tanta canción de su anterior etapa iba metiendo material nuevo como la relajada Mi Lamento o una de las canciones más coreadas de la noche Mira la Vida.
Tiempo para los bises. Salió dos veces más. En la primera parte sacaron un sofá en el que junto a su teclista Iñaki Garcia iban a desgranar los temas más tranquilos como el inicial Puede Ser en donde le acompaño la parte femenina de la banda en las voces Cristina que se notaba que estaba mala ya que no cantó excesivamente bien. También cantó El Cielo de los Perros, una canción dedicada a su hermana fallecida hace dos años.
Para la segunda parte de los bises ya con toda la banda de nuevo sobre el escenario atacó con Peter Pan y lo culminó con la canción que abre el disco y uno de los temas que más gusta de su nueva etapa 16 añitos en el que saco a dos niñas de entre el público para darles sus zapatillas. Delirio general y es que parecía que Dani Martin no se quería marchar del escenario ya que estaba solo en el escenario y seguía saludando a la gente e intentando comunicarse para recomendar a la siguiente banda en el escenario.
En fin, un concierto en el que Dani Martin abusó al dejar cantar a la gente en demasía, se sobrepasó con los agradecimientos y aplausos a los técnicos de luces, sonido, seguridad e inclusive a la ría. Con este disco ha intentado sonar más adulto y conquistar a nuevos públicos con canciones más relajadas y tranquilas con cierta nostalgia y tristeza en las letras que son más personas que en El Canto del Loco. El resultado es el éxito del disco y el fracaso al seguir teniendo el mismo público que con su banda. Se despidió hasta noviembre.
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