18 de noviembre de 2010

QUIQUE GONZALEZ NO OLVIDA A LOS CLASICOS

Lugar: Teatro Arriaga
Público:1500 personas
Duración: 120 minutos
17/11/2010

Nuevo concierto de Quique Gonzalez por tierras bilbaínas. Todo un asiduo y es que se le quiere mucho por aquí. Así lo demostró la buena entrada que tenía el teatro. Este madrileño que en la actualidad vive en Cantabria toca todos los años por Bilbao, curiosamente siempre a final de año. El año pasado toco a finales de diciembre en el Kafe Antzoki dos días con entradas agotadas en la gira que daba para presentar su nuevo disco Daiquiri Blues pero recordó durante su bolo que hacía un par de años había tocado en este mismo sitio.
Fue un concierto relajado con respecto al del año pasado y es que comento que esta era la gira de despedida de su disco y iba a tocar de forma diferente. Se presentó solo en el escenario en la primera canción, se sentó al piano y cantó la preciosa canción que escribió José Ignacio Lapido y que Quique canta en su último disco Algo me aleja de ti. La cantó con mucho sentimiento, luego se levanto y cogió la guitarra acústica y la armónica y recordó que ese día era el aniversario de la muerte de Enrique Urquijo y canto Aunque tú no lo sepas. Se volvió a sentar en el piano y presentó al músico que le acompaña desde el principio el bajista Jacob Reguilon para tocar un tema que dedicó al escritor Kirmen Uribe, y así, poco a poco, fueron apareciendo en el escenario toda la banda. Una banda de acompañamiento, por cierto, destacable compuesto por sus músicos de siempre José Antonio Jurado a la batería y el citado Jacob al bajo, con el hermano de Carlos Raya (quien ha tocado muchas veces con el propio Quique) Mario Raya a la guitarra y Julián Maeso al Hammond y teclados (ex The Sunday Drivers).
Ya con toda la banda en el escenario, con una moqueta roja y el luminoso de Daiquiri Blues comenzaron a tocar con algo más de electricidad atacando La ciudad del viento. El público disfrutaba de buenas canciones como Kamikazes enamorados, se acerco a sonidos más country en Te lo dije y empezaron a vitorearle con su magnifica Vidas cruzadas. Una de las anécdotas de su show fue el luminoso de Daiquiri Blues, y es que no se le encendía y cuando se estaba empezando a darlo por perdido se encendió con la curiosidad que estaba cantando Daiquiri Blues.
Fue alternado momentos más eléctricos y más acústicos, temas más movidos con temas más tranquilos, canciones nuevas con temas antiguos. Así tocó entre otras temas como la tranquila Deslumbrado, Nadie podrá con nosotros o la más movida Restos de stock. Se despidió del respetable con su ya clásico y coreado Salitre.
Los consavidos bises empezaron también de una forma tranquila y con toques de jazz, para en la tercera y última canción del primer bis metiera la pata y empezara a cantar La luna debajo del brazo. Un error lo tiene cualquiera. Ya en el segundo bis comenzó con Pequeño rock n´roll, y esta vez, si toco entera la canción de la luna y se despidió con Cuando eramos reyes, la canción más eléctrica de su concierto perteneciente a su primer disco Personal. Final de concierto y el público puesto en pie y Quique recordando al malogrado Enrique Urquijo ante la atenta mirada de varios jugadores Bilbao Basket entre el público.
Excelente concierto de un artista que se niega a tocar en fiestas populares de ciudades gratis y menos con dinero pagado por ayuntamientos. Por cierto el sonido fue bastante bueno pero como pasa siempre en los conciertos del teatro Arriaga desde nuestra posición retumbaba una barbaridad el sonido de las canciones más animadas.

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