Se acabo lo que se daba. La música en directo está viviendo uno de sus peores épocas y este año aún se está haciendo más patente. En un verano para olvidar en cuanto a conciertos festivos, la buena música con buenos músicos, una cuidada puesta en escena deja paso al gran cáncer que vive la música actual, la de los DJ´S.
Desde hace unos pocos años, los Ayuntamientos están dando cobijo a estos iluminados de los nuevos sonidos machacones y repetitivos y en muchos casos con nulo talento dejando de un lado otro tipo de músicas. Este año Barakaldo ha fracasado con estrépito con un propuesta torpe y de muy baja calidad en donde a primado los grupos locales en escenarios grandes (si a los grupos locales pero de teloneros de un nombre que lleve público) y dejando a un DJ local como actuación estelar del último fin de semana. Tiempos de crisis dicen. Santurce ha conseguido esquivar esta crisis de ideas con una propuesta correcta aunque algo inferior a lo que nos tenía acostumbrado. El rock ha sido el gran ausente en los conciertos ( ya no vamos a hablar del metal) y en estas fiestas de Bilbao que comienzan ver la programación musical oficial dan ganas de marcharse durante una semana.
Los DJ´S van a campar a sus anchas por el nuevo espacio del Parque Europa con dos sesiones consecutivas (viva la variedad) de las cuatro que se celebran. Llevamos ya varios años sufriendo esta plaga que son los DJ´S con ese esperpento que llaman Aste Nagusi Dance con el afamado DJ radiofónico que se hace llamar el Gallo Máximo y que parace estar abonado a la Aste Nagusia ya que lleva cuatro años machacandonos. Un espectáculo barato para el Ayuntamiento y que además está fuertemente patrocinado por la emisora de radio del DJ. No se comprende el interés que puedan tener ver en directo a estas nuevas estrellas de la música. Un tío detrás de una mesa con unos cachivaches y ensimismado con la pantalla del ordenador. Nula actitud, sin moverse, casi sin mirar al público y solo intentando mover los brazos al aire para intentar animar al público. Todos son iguales con los mismos trucos. El año pasado ya dio que hablar el "concierto" del DJ del momento
Juan Magan. Puede gustar más o menos pero su música facilona y las capas que utiliza para sonar medianamente convincente cuando intenta cantar convencieron a miles y miles de personas que abarrotaban desde una hora antes La Karola mientras otras miles y miles de personas se quedaban fuera sin poder verle. Estas son las nuevas estrellas del rock. Con nula actitud, sin rastro de imaginación, sentimiento y sin saber cantar y por supuesto sin saber tocar ningún instrumento.
La noche del viernes Portugalete también tenía sus sesión de DJ con uno de los tipos más listos del panorama nacional
Carlos Jean. Un espectáculo fuertemente patrocinado por una marca de bebidas de Cola, que como cabía esperar, congregó a una importante multitud dispuesta a pasárselo bien. Subido en una especie de muro que a la vez iba proyectando imágenes, luces y la propaganda de la marca de bebidas
Carlos Jean salió a escena pasadas las 23:30h. tras una anodina y prescindible sesión de otro DJ. Recibido por el público con los brazos en el aire, el gallego comenzó su sesión basando su sonido en el house y mezclando a la vez varias canciones, propias como
Lead the Way con un super éxito de la actualidad electrónica como
I Love It del dúo sueco
Icona Pop (seguro que a finales de año nadie se acordara de este dúo). Con los mismos trucos que cualquier DJ utilizó hasta la extenuación las bajadas y las subidas del tempo de la música con explosiones de humo incorporada para intentar dar mayor empaque visual al escenario. Era de agradecer que
Carlos Jean, que no solo produce a grupos electrónicos, intente dotar a su sesión de algo de alma buscando relajar el ambiente con pasajes más tranquilos y con más corazón pero fracasó en algunos pasajes. Mezclar la estupenda y sentida
Fix You de
Coldplay con house fue algo ridículo y que no tenía ni pies ni cabeza. Cuando se oía solo la voz de
Chris Martin en el estribillo y
Carlos Jean bajo el sonido para que la gente cantará no se oyó cantar a nadie sinónimo del ambiente musical que se respiraba. La sesión se fue diluyendo a lo largo de los minutos con sonidos repetitivos, ritmos constantes con poco corazón y sin alma hasta que la sesión desemboco en el aburrimiento más absoluto con sonidos de dubstep mezclados con ritmos de hip-hop y el
Seven Nation Army de los
White Stripes. Demasiado para el cuerpo. Carretera y manta.
En fin como toda sesión de DJ que se precie, hubo mucha iluminación (poco lograda para lo que podía haber sido), nula actitud (como se nota que la sesión está patrocinada por una marca de Cola, Carlos bebió hasta 4 botellas en una hora) y un público que atendió durante algo más de media hora y luego fue desertando o disfrutaba de la música de espaldas al escenario. Y es que el gran problema de estos espectáculos es ese, que no se va a ver a un grupo como se mueve en el escenario, lo bien o mal que tocan sus instrumentos o como cantan sino a escuchar música y para eso están las radios que programan este tipo de música o directamente las discotecas.
Los DJ´S nunca pueden sustituir a grupos de verdad que se dejan la piel en el escenario, tocando en directo, con sus acoples, sus errores, su intensidad y sobre todo sus canciones. Los DJ´S no tienen canciones sino retazos de otras canciones que ellos la fusilan con diferentes sonidos machacones y repetitivos. Por desgracia el futuro no es muy halagüeño. La juventud acude en masa a estos saraos, a los Ayuntamientos les sale rentable contratar a un solo DJ ya que es más barato que un grupo, por lo tanto felices todos menos los que aman la música de verdad. Hace tiempo se popularizó una canción que se titulaba
Video Killed the Radio Star (el vídeo mató a la estrella de la radio), actualizando está canción se podría decir que DJ´S killed the Rock Star (los DJ´S matan a las estrellas de rock)
Ya saben, el futuro de los conciertos de las fiestas de las diferentes municipios bizkainos y vascos van a ser DJ´S y la otra lacra que son los grupos tributo que también tienen su delito. Pero de eso ya os hablaremos en otra ocasión.