Espectacular concierto de Quaoar en la presentación de su nuevo disco Dreamers. Dreaming.
Lugar: Kafe Antzokia
Público: Rozando el lleno.
Duración: 140 minutos.
30/01/2015
Noche muy especial la vivida el viernes en el Kafe Antzokia de Bilbao. Presentación oficial del nuevo disco de la mejor banda bizkaina
Quaoar por si había alguna duda. El día no comenzaba bien para el grupo que informaban que por causas ajenas a ellos no podían vender el disco físico. Una lastima a buen seguro y después del espectáculo que dieron en el Kafe Antzokia hubiesen vendido mucho. Recordemos que
Quaoar ya lleva en el mundo de la música varios años y que paso a paso y disco a disco han conseguido abrirse camino. En 2012 publicaron su segundo disco
The River & The Soul que les ha dado innumerables alegrías. Ganaron el villa de Bilbao en la sección de metal y hasta han tocado en el Azkena Rock Festival. Por lo que con este tercer disco deben afianzarse y lograr despuntar tanto en el circuito nacional como en el internacional.
Antes de Quaoar salían puntuales los bizkainos
Old Days Down. En 40 minutos demostraron ser un grupo interesante con buenas canciones que van desde el grunge de
Soundgarden al rock más alternativo de
Alice in Chains pero siempre con una personalidad propia. El grupo poco a poco va sacando material nuevo y es que tuvieron la mala suerte de que les entraran en el local de ensayo y les robaran diverso material. Canciones interesantes como
Buried Alive dejaban claro que es un grupo que puede realizar grandes canciones aunque aún les falta mayor conexión con el público y más entrega sobre el escenario. A pesar de ello habrá que seguirles la pista.
Se respira cierto nerviosismo y ansias en ver lo que nos iba a ofrecer
Quaoar esta noche. Siempre cumplen en directo pero esta noche iba a ser muy especial y vaya si lo fue.
Y por fin sobre el escenario del Kafe Antzokia los soñadores
Quaoar. Y eso es lo que hicieron el quinteto, llevarnos en volandas al sueño más feliz. Una banda espectacular que en 90 minutos ofrecieron un concierto apabullante. Desde el primer tema
Chatterbox con claras influencias a
Opeth se notaba que iba a ser un concierto para guardarlo en la memoria. Se notaba que el grupo estaba muy ilusionado por este concierto y que iban a dar lo mejor que llevaban dentro. Como era lógico se centraron en las canciones de su tercer disco
Dreamers. Dreaming pero no se olvidaron de temas antiguos como
Love the Muse, todo un temazo recibido con alegría por el público. Pero además de las canciones hay que hablar de la banda. Bjorn estuvo magistral en los parches y no es de extrañar que se le considere uno de los mejores baterías de estos lares. Hugo estuvo soberbio en la guitarra ofreciendo unos riffs incendiarios, Iñigo no paro un momento y estuvo perfecto en las voces imprimiendo rabia cuando la necesita y tranquilidad y hasta dulzura en los momentos más acústicos (una pena que en las fases más acústicas se escuchara el run run del público y no se consiguiera crear el ambiente que seguro quería Iñigo). Josu aportó buenos riffs más densos y psicodélicos en la otra guitarra y Aitor ofreció robustez al sonido de la banda.
Una a una fueron cayendo las canciones de este tercer disco. Una de las canciones más destacadas de la noche fue
A Big Hole con esos punteos de guitarras que llegan hasta el fondo del alma. Un tema denso y largo marca de la casa.Y es que
Quaoar es todo alma, pasión. Definir su música es complicado, hay que escucharles. Desde el grunge de su primer single
Touhg Guy, temas más tranquilos como
Goodbye. Pero donde el grupo destaca es cuando su música la llevan a terrenos progresivos. Temas largos con un gran trabajo musical de la banda y en donde demuestran una intensidad y fiereza en las guitarras dignas de mención con temas que empiezan tranquilos para convertirse en toda una tormenta de sonidos duros y guitarras enérgicas. Pocos grupos ya no solo bizkainos sino vascos son capaces de hacer lo que hacen
Quaoar.
Memento Mori y
Home fueron sus hipnóticos últimos temas de la noche. La primera todo un clásico rockero de la banda y el segundo todo un torbellino de sensaciones desde lo más acústico con ese final con Iñigo creando voces programadas y de nuevo el lado progresivo con esas guitarras impactantes. Con un público entregado y boquiabierto tras la descarga brutal de sensaciones y emociones,
Quaoar volvieron al escenario para tocar la última de la noche
My Anger Runs dejando una vez más el pabellón bien alto para la cada vez más rica escena local bizkaina.
Una vez más
Quaoar triunfaron por todo lo alto. Su sueño se está haciendo realidad y es que como comentó Iñigo en el concierto estaban muy contentos por la respuesta del público y agradecidos por llenar el Antzoki. Ni en sus mejores sueños se lo hubiesen imaginado hace unos años. En resumidas cuentas, un concierto para el recuerdo.