Los catalanes fueron los ganadores del premio gordo de la primera de las finales del concurso villa de Bilbao 2015.El jueves ante algo más de un centenar de personas se celebró en Bilborock la primera de las finales que se desarrollarán a lo largo de esta semana. La sección de Electrónica y Otras Tendencias tenía su primera y única cita en este prestigioso certamen. Una final con 4 grupos y que se alargó hasta las 2 horas y media con conciertos de media hora cada grupo. Repasamos el palmares de esta final y de los grupos que participaron.
1º PUESTO
-Malachi Estereo (Barcelona): el trío catalan arrasó en su concierto en Bilborock. Con su mezcla de punk, electro, algo de rap y funk y sobre todo visceralidad, Malachi Estereo dieron un gran concierto cargado de energía y fuerza a pesar de que no estaban al 100% (habían o estaban enfermos). Comenzaron su concierto con todo un alegato en donde querían drogas, destacó la canción Estrella del Rock con una letra divertida (quiero ser una estrella del rock para romperle las gafas al de U2), ya completamente desvocados We all Monkeys y tener un final abrupto con Jungla con los tres componentes tirados en el suelo después de que se les fuera el sonido. Merecida victoria para un grupo que se lo paso en grande en Bilborock y que contagió a toda la sala. Suyos son los 2200€ de premio.
- Evil Pink Machine (Bizkaia): el trío bizkaino encabezado por el bilbaíno aunque residente en la actualidad en Londres Igor Delgado se llevaron también un pequeño premio. Podrán disfrutar de 100 horas gratuitas en los locales de ensayo de Bilborock. Dieron un buen concierto entre indie rock, electrónica y algo de psicodélia pero siempre con una clara influencia londinense. Actuaron los últimos de la jornada y con bastante público pero el premio ya estaba claro para quien iba a ir.
Del resto de grupos hay poco que destacar. La jornada la abrió los catalanes Ghostly Enemies con su downtempo oscuro y atmósferico y con la colaboración en muchas de las canciones de la voz de Juanjo Pedro. No llegaron a conectar en ningún momento con el público y su concierto se hizo pesado, largo y repetitivo en la formula.
En los últimos años de esta sección siempre hay un grupo asturiano y este año no podía ser menos. Bassboss intentó crear atmósferas oscuras con un sonido muy personas y sin ningún tipo de voz. Música instrumental inclasificable y a ratos tranquila para una propuesta difícil.
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