El grupo pucelano
Celtas Cortos visitaba nuevamente tierras bizkainas. El grupo intenta recuperar un estatus en el panorama nacional tras la espantada de
Jesús Cifuentes en 2002. Tras intentar cada uno por su lado y fracasar en el intento, estos nuevos
Celtas Cortos en el que solo quedan 4 componentes de la banda original, están volviendo poco a poco a sonidos más celtas abandonando la experimentación y el rock de los últimos discos de la banda antes de la marcha de
Cifu.
40 de Abril y el último disco que venían a presentar
Introversiones les acercaba a fiestas del barrio de San Miguel de Basauri.
Como grupo telonero actuaron en una hora pasada el grupo de Basauri
Línea 2. Con su rock urbano y tan monocorde como el de
La Fuga a los que versionaron, este cuarteto no ofreció nada nuevo. Canciones tocadas a piñón fijo, versionando a
Platero y Tú, recordando a sus amigos
Kutxi de
Marea con el que han colaborado en su último y tercer disco titulado
Brazos Cruzados, dedicando canciones a Kukutxa (
Mundo sin Corazón), recordando su concierto en la cárcel de Basauri (
Preso), pero parafraseando una canción de ellos necesitan buscar la inspiración. Nada nuevo. Grupos de estos hay un puñado.
A las 00:35h. pasadas
Celtas Cortos se subía al escenario y comenzaban su concierto con una canción instrumental para a continuación atacar con su primer clásico
Ya Está Bien. En formato de septeto, el grupo tocó todos sus éxitos dejando poco espacio para sus nuevas canciones. Pero donde realmente brillaron fueron en los seis temas instrumentales que nos ofrecieron. Es donde realmente se ven las influencias celtas de este grupo y donde ofrecieron lo mejor de ellos. El sonido del concierto no fue bueno, sonó muy embarullado y como banda no funcionaron. El batería Diego Martín carecía de pegada y solo aporreaba la batería de forma poco rítmica, las guitarras de
José Sendino no sonaron limpias y en otras ocasiones ha estado mejor, el bajista Óscar García ni se le noto (estuvo sentado en un taburete casi todo el concierto, al parecer estaba enfermo), Alberto García cumplió como siempre y en cuanto a
Jesús Cifuentes estuvo más bien flojo en el apartado vocal y tan mal como siempre en su oratoria al público. Nunca fue un gran orador. El único que puso un poco de emoción y sangre al concierto fue el gaitero Antón Dávila.
El grupo seguía tocando sus grandes éxitos con letras con mensaje como
En estos Días Inciertos o
El Emigrante con temas que todos esperábamos como
20 de Abril o
Cuentame un Cuento. Pero la banda no funcionaba,
Cifu no sabía imponerse e inclusive en alguna ocasión se le iba la letra de las canciones (especialmente en las nuevas como una de las primeras que tocaron
El Blues del Pescador). Tras canciones como la rockera y skatalítica
Skaparate Nacional y la instrumental
El Tunel de las Delicias, sonó la preciosa y tranquila
La Senda del Tiempo coreada por un público de toda condición (punkis, gente mayor, gente joven). Recta final del concierto recuperando una canción de su último disco la festiva versión de
The Pogues traducida al castellano
Fiesta.
Ya en los bises, los
Celtas atacaron con una canción de su último disco con canciones nuevas (
40 de Abril) la tranquila, popera y celta
Retales de una Vida para a continuación pisar el acelerador con las canciones que aún no habían tocado. La desdibujada
Haz Turismo y finalizaron con la rockera
No Nos Podrán Parar. Final de concierto.
Celtas Cortos ofrecieron un concierto pobre en el sonido, sin mucho ritmo lastrado por un mal sonido, un batería que lo mejor que podemos decir de él es que es muy limitado y un
Cifu que estuvo más bien flojo. No transmitieron mucha emoción y fiesta y sus clásicos quedaron desdibujados por la voz de
Cifuentes.