Público: 37139 personas.

A las 19:00h. era el turno del cuarteto
White Denim en el escenario patrocinado por la cerveza oficial del festival. Banda de Texas de rock psicodélico y hasta con leves toques del blues más veloz y guitarrero. Tal vez ese fue el problema del concierto que beben de demasiadas fuentes y no concretan en ninguna. Se lucieron en las canciones más guitarreras pero como banda les falta algo más de compenetración. Su cantante James Petralli es alma de este grupo y el resto de la banda le sigue alejados de él y ni tan siquiera se acercan para no hacerle sombra. Cantó bien y tocó la guitarra de forma correcta pero les faltó algo de química. A pesar de ello un buen concierto de una banda que puede ir a más. Otra grata sorpresa.

Uno de los platos fuertes de la jornada iban a ser los suecos
The Hives. Siempre competentes en concierto,
The Hives se crecen en los festivales pero en la tarde noche del sábado se salieron. Tras el mal sabor de boca que se llevaron de su última actuación en Bilbao con muchos interrupciones por el sonido, los suecos salieron uniformados (está vez de algo parecido a mariachis) a darlo todo desde el principio. Con
Come On! empezaban a calentar al público. Con
Main Offender la locura se desató y su cantante Pelle Almqvist hizo las delicias de la gente al bajar al foso para animar aún más. Tan brutales como de costumbre, Pelle sigue progresando con el castellano (no paró de decir fantástico). Presentaban canciones de su última obra
Lex Hives como
Go Right Ahead o la coreada
White a Minute.

Mención especial merece también el concierto del cerebro del grupo, Nicholaus Arson, que también se movió con soltura sobre el escenario y desplegó muchos trucos con la guitarra (inclusive la tocó con la guitarra a la espalda y el mástil entre las piernas). Fue una constante que Pelle se bajara del escenario y es que se paseo por el foso con frecuencia y hasta se subió en la tarima central donde están los cámaras para cantar. No tuvo desperdicio su directo con todos sus clásicos como
Walk Idiot Walk con esa línea de bajo penetrante, la contundente y divertida
Hate to Say I Told You So y para finalizar y llevar de nuevo a la locura a todo Kobetamendi
Tick Tick Boom con todo el público saltando y celebrando la ceremonia del rock garajero de los suecos. Impecable concierto de una banda que ha arrasado
en el Bilbao BBK Live 2013 siendo uno de los grupos más destacados del festival. De esta forma se quitaron la espina de su visita del año pasado. Ya les gustaría a muchos grupos que han tocado en el festival y que han sido un autentico bluf a pesar de que se suponen que son las grandes promesas del rock internacional tener la actitud y el ritmo de
The Hives. Que aprendan.

Kobetas ya comenzaba a llenarse, así que la mejor opción fue refugiarse en la carpa de telefonía móvil para degustar a los irlandeses
Delorentos. Era rara ver a extranjeros en esta carpa ya que está dedicada a la música nacional. Este cuarteto venía a presentar las canciones de su último disco
Little Sparks publicado el año pasado. No inventan nada y su indie rock sonó bien conjuntado y alegre. Tienen dos cantantes pero no es un grupo que se diferencie de otros grupos que hacen el mismo tipo de música. Correctos pero son de los conciertos que en cinco minutos ya e te ha olvidado lo que has visto. Eso si los extranjeros disfrutaron de lo lindo.
Después de los dos cabezas de cartel del día, los lineales
Vampire Weekend y los excesivos
Green Day, no había mejor opción que tirar de nuevo a la carpa de telefonía a degustar los ritmos bailongos de nuestro grupo local más internacional,
We are Standard.

Con puntualidad salieron al escenario los getxotarras
We are Standard con dos temas del disco que presentaban
Day y que destacó la segunda de ellas,
Jesus in her Eyes. El grupo dio todo en el escenario montando una gran fiesta con un público que no paró de saltar y bailar al ritmo de canciones como
The Last Time o su actual single, el más reposado
Can I Count of You. Habían prometido alguna sorpresa especial y lo cumplieron.
Oreka Tx colaboraron en varios temas aunque no aportaron gran cosa porque su txalaparta apenas se escuchó. Aún así las dos canciones en las que colaboraron fueron de lo mejor de la noche.
We are Standard hicieron un guiño a los fans de su primer disco con el himno
On The Floor con toda la carpa botando. Deu estaba empapado en sudor y hasta actuó sin gafas. Con el público dispuesto a pasárselo bien con himnos como
7:45 (Bring me Back Home) con la explosión de confetis incluida y sobre todo la locura llego en la parte final con
The First Girls who get a Kiss Without a Please con esa riff de guitarra juguetona de Jon y con la versión de la
Velvet Underground Waiting for the Men con la que se despidieron. Toda la carpa con los brazos en aire bailando y saltando. Nuevo conciertazo de los getxotarras que incendiaron la carpa con su música. Es increíble lo que transmiten en directo. Uno de los grupos más destacados del día y del festival.

Pudimos ver al acabar el concierto de
We are Standard algo más de media hora de
Fatboy Slim. Con un buen puñado de éxitos en la década de los 90, el ex
Housemartins Norman Cook fracaso en su intento de reverdecer éxitos pasados. Ante una audiencia masiva su sesión de DJ sonó repetitiva hasta la extenuación, plana y sin brillo. Enchufado al ordenador y sin ningún sentido del ridículo Norman intentó quedar bien con el público vasco poniendo letras de sus canciones en euskera en la pantalla de atrás (berriro, lo...) pero ese juego quedaría bien pero el público en su mayoría eran extranjeros bastante perjudicados que no se tenían en pie. En la parte final sonaron sus canciones más conocidas como
Praise You y acabar con
The Rockafeller Skank. En fin una sesión repetitiva y machacona. Decepcionó a más de uno.
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