Lugar: Bilborock.
Público: 150 personas.
Duración: 110 minutos.
22/08/2015
Un año más vuelve la muestra de metal, pop- rock de la Aste Nagusia. Nada menos que 30 años cumple este año la muestra que sigue gozando de buena salud. Ha pasado por muchos lugares, desde la plaza Unamuno, el Arenal o el muelle de la Naja y ya desde hace unos años en Bilborock. Los encargados de abrir esta muestra eran dos propuestas muy diferentes pero con un denominador común, la utilización del euskera en las letras.
El cuarteto Kazam! fueron los encargados de abrir la muestra. Se notó que este grupo lleva poco más de año y medio juntos. Todavía están muy verdes, se les notaba los nervios y su concierto careció de ritmo. No fue una decisión acertada abrir la jornada con este grupo. Música muy tranquila, con canciones largas, densas y con largos desarrollos instrumentales que en muchas ocasiones no llevaban a ningún sitio. Mezclan elementos progresivos con el toque folk que supone tener a un violinista como músico. El tiempo entre canción y canción era interminable ya que apenas hablaron cortando el poco ritmo que tenía el concierto. En fin Kazam! necesitan mejorar mucho su propuesta en directo, no estar tan estáticos en escena y sobre todo mejorar en el apartado de voces y es que en este aspecto flaquearon bastante.A pesar de que el grupo tenía preparado otras dos canciones, desde el staff de Bilborock les dijeron que ya habían sobrepasado el tiempo y que se tenían que despedir para dar comienzo a los siguientes de la noche, Zazkel.
Y el grupo Zazkel fue toda una sorpresa. Ofrecieron un concierto diferente, variado y con muchos matices. Las primeras canciones les acercaba a sonidos que les emparentaban a Grises, luego acariciaron el pop con toques ochenteros pero continuaron con toque de funky bailables que fueron las mejores para rematar de nuevo el indie más bailable con el funk. Comenzaron el concierto por todo lo alto con la bailable Clio en el que ya dejaban sus señas de identidad, el baile. Con gran importancia de los teclados y el contrapunto en las voces, chico y chica, el grupo proseguía con acercamientos a la música negra con estribillos marcados (ZDT) que fue de lo mejor de la noche. El público no dudo un momento y se animó a bailar las canciones del grupo. Toda una sorpresa agradable Zazkel.
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