El trío ejerció de grupo con mayor tirón en la segunda jornada del Bilbao BBK Live.
Segunda jornada del Bilbao BBK Live pasada por agua. En el cartel una tripleta en la parte alta del cartel llamaba poderosamente la atención. El pop electrónico de los cabezas de la noche, la venternía de un clásico del pop americano y la vuelta, por si alguien los echaba de menos, de uno de los dúos más importantes de la electrónica internacional.
Con media hora de retraso salieron al escenario el trío The XX. Problemas con una de las pantallas que no acababa de funcionar tuvo la culpa de que las miles de personas allí congregadas tuviésemos que aguantar la intensa lluvia esperando a que aparecieran. Casi a las 23:30h. salían Jamie XX, Romy y Oliver (vestidos con chaquetas plateadas ambos) al tablado. Con Dangerous e Islands y daban comienzo a un directo de hora y cuarto. Con un público fiel, el concierto fue muy irregular, aburrido en varias partes, y en donde primó las fases más relajadas y tranquilas. Un concierto anti festival. Al grupo aún le queda mucho para encabezar grandes festivales con un setlist apropiado (a pesar de que ya lo están haciendo). El grupo tiene muchas limitaciones musicales. Son un grupo de música en muchos casos minimalista que busca melodías pop sencillas enfundadas en toques electrónicos. Así el único que aporta algo musical al grupo es Jamie XX mientras Romy Y Oliver se dedican a cantar y aportar notas sencillas a sus canciones.
Con una cuidada puesta en escena con dos pantallas gigantes, el grupo fue encadenando sus canciones. Recordaron que han estado durante casi una semana en Bilbao y que les ha enamorado. Se fueron turnando en las voces desde Performance con Romy sola a la guitarra o inclusive la todavía más relajada y minimalista Test me. Muestra de que sonaron muy relajadas fue la canción que tocaron con anterioridad en donde Romy y Oliver se colocaron juntos en el centro del escenario para hacer una versión más relajada de su éxito I Dare You. En la parte final consiguieron algo más de animación con temas como VCR, el mayor protagonismo de Jamie XX en Loud Places o la muy cantada On Hold y acabar de forma definitiva con la bonita Angels. No hubo bises, tal vez por la tardanza en salir al escenario por los problemas técnicos. A sus seguidores le habrá gustado su directo pero a los que no lo son tanto les resultaría un concierto demasiado tranquilo para un festival y en ocasiones vacío de contenido musical.
Llegar al escenario Heineken y ver a un histórico de la música como David Byrne sentado en una silla en un escenario vacío con cortinas blancas rodeado de 2 bailarines y cantándole a un cerebro que tenía en la mano fue una de las cosas más chocantes del festival. Pero el ex Talking Heads dio un concierto tan sorprendente como de una calidad incuestionable. Tiene 66 años pero no desfalleció en ningún momento con sus coreografías milimétricas. Casi como si fuese el Circo del Sol con gran importancia de los coros que llegaban casi a lo épico, David Byrne se rodeó con más de 10 músicos incluidos bailarines que hacían también de coristas. Con especial importancia a los sonidos de percusión David Byrne repasó sus muchos años de carrera tanto en solitario como con su anterior banda. Fueron más celebrados temas antiguos como One in a Lifetime o por supuesto una de las cimas de su enorme concierto con la dupla The Great Curve y por supuesto Burning in the House. Con un público tan sorprendido de lo que estaba viendo como encantado y disfrutando, el escocés aunque nacionalizado estadounidense cerró con una espectacular Hell You Talmbout. Una versión de Janelie Monáe con todos los músicos al borde del escenario que en todo momento actuaron descalzos y uniformados con trajes plateados con instrumentos de percusión y con los coros bien marcados a lo que se unían las voces de todos los presentes. Tan sorprendente como magnético y maravilloso el directo de David Byrne que aún sigue sorprendiendo en directo.
Para los que todavía tenían ganas de fiesta los Chemical Brothers volvían al festival y a Bilbao en donde ya son todo unos habituales. El dúo sigue ofreciendo espectáculos muy dignos. Como siempre agazapados en la mesa tocando todos sus bártulos y sin verles las caras en ningún momento, los hermanos químicos ofrecieron un directo de música apabullante algo pasada de decibelios con destacables visuales perturbadores y un juego de luces espectacular. Como era de esperar el climax de su sesión la consiguieron con sus temas más conocidos como Hey Boy, Hey Girl o Block Rockin´ Beats.
1 comentario:
Como la noche y el dia. Ver el concierto de The XX y encima con media hora de retraso fue un tostón y luego a continuación ver el concierto de David Byrne y ver la luz aunque estuviera jarreando daba igual. Nos tenia atrapados y a su merced. Un grande.
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